Ibiza tiene muchos atractivos y uno de ellos no están en el mar sino en la tierra, concretamente dentro de ella. Se llama Sa Cova de Can Marçà y está cerca del Puerto de San Miguel, al noroeste de la isla, en el interior de un acantilado entre 12 y 14 metros de altura sobre el nivel del mar y rodeada por un cuidado entorno natural con unas vistas impresionantes a la bahía. Desde la terraza de su pequeña cafetería podrás contemplar una panorámica muy hermosa del norte de Ibiza, con las islas Murada y Ferradura justo en frente.
La cueva cuenta con más de 100.000 años de antigüedad y los contrabandistas fueron los primeros en utilizarla para depositar sus mercancías y registrarlas con muescas o marcas en las paredes, de las cuales, muchas de ellas, aún se pueden observar.
La visita consta de dos partes: la primera, es un sorprendente paseo por su exterior, justo sobre los acantilados y, durante la segunda parte, te internarás en la cueva y verás las distintas formaciones geológicas que se han ido creando como estalactitas y estalagmitas, lagos y hasta una cascada. Con el paso del tiempo, las cascadas dejaron de emanar agua, sin embargo, en Sa Cova de Can Marçà se ha recreado a la perfección este efecto natural mediante un juego de agua, luces y sonidos que aún da mayor atractivo a la excursión.
Y como venimos haciendo, el plan se puede llevar a cabo tanto en invierno como en verano ya que está abierta al público todo el año. Además, por un módico precio de 10€ la entrada, un guía explicará en varios idiomas todas y cada una de las particularidades de este bello lugar: anécdotas, datos, elementos, curiosidades, … En el tiempo que dura el recorrido, unos 40 minutos, te adentrarás (nunca mejor dicho) en un espacio único, en otra época. Porque, al igual que nosotros somos el resultado de la mezcla de diferentes aspectos, a la isla de Ibiza le pasa lo mismo. Ven a conocer otro aspecto de Ibiza. Ven a conocerte.
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